"Si supieras, seguí tu cuerpo hasta perderte. No sabes que con tu ausencia, el barco se me hizo de papel y en su cubierta me hunden los corales. He pasado muchas horas buscando adónde ha ido a parar la gente. Desde entonces, no descubro la multitud. Uno a uno se han esfumado los oficiales, las máquinas cambiaron el rumbo y la rosa náutica persigue los astros. ¿Qué has hecho de las razonables brújulas?" Francisco Mir, en Proyectos de olvido y Esperanza
martes, 8 de septiembre de 2009
Dos poemas hablando de lo mismo:
. uno
la huella no detiene al frágil pie que la dibuja
y dos
el muerto resucita en cada diente de león que rompe el vuelo .
Me encantan ambos!
ResponderEliminarSutiles y delicados como esa huella, como el diente de león (nosotros lo llamamos panadero)
Beso que va a Cananea flotando (vivo) como diente de león. ¿Dejará huella? Ja Ja, vaya pretensión.