jueves, 11 de junio de 2009

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Es una pretensión inútil
acumular palabras
para derribar paredes
y ventanas

¿Cómo decir:
tírate al suelo, casa
vete a la madre, techo?

¿Cómo lograr
que la puerta resquebraje su silencio
o la cortina pierda florecitas
o la silla y la mesa se nos pierdan?
¿Cómo convenceremos a la cama
de su repentina muerte?

¿Con qué palabras le diremos al geranio
que no huele?

¿Y cuál discurso
y cómo lo pronunciaremos
para despedirnos
y por siempre

del espejo?
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